viernes, 19 de junio de 2020

Muerte y Reencarnación I

Temario

Miedo a la muerte 
Ciencia = Religión 
Morir y experimentar
Túnel de luz 
Eutanasia
Morir en los sueños 
Muerte anunciada 
Muerte de un bebé 
Mega muerte
Muertos del 5D
Enterrar o incinerar 
Cementerios
Rezar por los muertos
Dejamos nuestro eco 
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Miedo a la muerte 

La iglesia católica o cristiana aceptó la reencarnación hasta la edad media, cerca del año 800 cuando el Alto Clero Vaticano decidió modificar los conceptos sobre la reencarnación que explotaban al pueblo intensa y horriblemente en todos los sentidos pues las personas comunes se suicidaban en gran número. 
De allí que empezaron a negar la reencarnación estableciendo un castigo extremo para los suicidas como un pecado capital no salvable y merecimiento del fuego del infierno. 
Asimismo, el hecho de que las personas creyeran que existiera una sola vida los sumergía en un gran estrés y terrible miedo, situaciones buscadas por las religiones. 


El miedo a la muerte también proviene a causa del velo del olvido que solamente se da en la Tierra, y que usado por los negativos para generar más miedo. 

Muchas razas como las centauri que son 100% genéticamente iguales a los humanos terrestres, les resulta imposible negar la existencia de la reencarnación y de la vida, de la existencia de la conciencia o del mundo entrevidas. 

Debido a que estas cuestiones resultan casi imposibles de comprobar en el 3D, resulta trabajo de cada persona tomar la responsabilidad propia de decidir qué es en lo que creerá. 
El miedo a la muerte mantiene a las personas del 3D en un estado de alarma constante sintiendo que siempre es atacado y que es su deber sobrevivir para traspasar sus genes a la siguiente generación. 

La única muerte que existe es la del cuerpo y resulta muy fácil salir de él, tal como se baja de un automóvil. 
Durante los accidentes graves, en los cuales el nivel o el umbral del dolor sobrepasa el punto que acordó la misma persona antes de encarnar, su conciencia abandonará el cuerpo y verá el horrible accidente automovilístico desde afuera, como un espectador. 
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Ciencia = Religión 

Sin embargo, también se puede trazar el miedo histórico a la muerte con el nacimiento del materialismo aunque tiene sus raíces en la Grecia antigua. 

Nace principalmente durante la mecánica newtoniana donde el universo se iguala a la materia. 
Tiene tres características primordiales: 
* Materialismo, 
* Reduccionismo y 
* Determinismo. 
Con este concepto, la mente y la conciencia se aceptan como resultados de la materia y de los procesos neuronales, tanto químicos como eléctricos, descartándose otras realidades. 

El problema radica en que todo lo que no forma parte del materialismo newtoniano (Descartes) no puede ser comprobado con el método científico y, por ende, se descarta. 
Es aquí donde la ciencia terrestre se convierte en religión pues termina siendo dogmática. 

El problema de la religión científica-dogmática va más allá de impedir comprobar lo exterior al 3D, pues acepta teorías que no tienen ninguna validez científica basadas en sus propias reglas de verificación y aceptación. Esto es: sólo se aprueba como válido lo que ellos aceptan como tal. 
Ejemplo de esto es el darwinismo (evolución de las especies) y la relatividad de Einstein, ambas teorías base de la sociedad matrix pues ninguna de ellas cumplen las normas establecidas para la comprobación científica toda vez que son teorías no comprobadas aunque sí aceptadas como reglas fijas. 
Esta ciencia terrestre promulga entonces el miedo a la muerte argumentando que no existe nada después de ella, sino lo oscuro, inconsciencia, destrucción del ego, todas creencias sin validez científica. 
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Morir y experimentar 

El cielo y el infierno son resultado del perdón o culpa que una persona firmemente cree merecer, siendo la misma persona la que genera eso debido al control mental o de percepción que tenga cada alma, lo cual es fácilmente reversible y superable adquiriendo conocimiento de la verdad. 

La idea de las culpas y del karma no es otra cosa más que la creencia religiosa que obliga a las almas a regresar. 

El discutir por cuál es el Dios verdadero, si existe o no, cuál es la partícula más importante, la primordial, todo carece de sentido pues todo es percepción, todo es verdad y mentira excepto por una sola cosa: quien observa. La persona, su alma, es lo único indiscutiblemente real. Si libera su mente será libre de toda la matrix. 

Por lo tanto, cuando la persona muere sólo queda su frecuencia sin la manifestación física sólida que llamamos cuerpo. Verá lo que desea ver pues, en planos superiores, todo se manifiesta progresivamente más rápido porque en el mundo alto astral se está en la fuente y se es uno con ella. No se puede estar apartado de la fuente, porque uno es la fuente y la fuente está en todos lados.

Al morir una persona verá y experimentará exactamente lo que espera ver y experimentar: si cree en Jesús, a Jesús encontrará, si cree en Alá, a Alá encontrará, si cree en Vishnú, a Vishnú encontrará. No existen trampas de arcontes esperando forzar a las almas a reencarnar, y si se encuentran con esto es porque eso es lo que esperaron ver. 
Del mismo modo verá fantasmas, seres desencarnados y entes vampíricos que se le pegan al aura. 
Cada fragmento, cada alma, podrá tardar varias encarnaciones terrestres antes de liberarse. Por ejemplo: Entra a una vida creyendo en Jesús y, cuando muere, ve a Jesús quien le dice que debe volver a pagar karma. Así entra cientos de veces, miles tal vez, hasta que una vez, por sí misma, esa alma comprende que es ella misma quien lo está generando todo. Por lo tanto no es cuestión de tiempo pues éste resulta irrelevante ya que la percepción de animación de eventos lineales al que se llama tiempo es diferente en el astral. 

Cada persona crea su propio mundo astral dependiendo de sus propias creencias. 
Ejemplo: Si una monja muere, verá a San Pedro y le implorará que la deje entrar a su nube a tocar el arpa. Esa experiencia será real para la monja. 
Los devotos de muchas religiones desconocen que cada ser genera su realidad pues la religión no los empodera; al contrario: se les enseña que Dios es algo exterior a ellos, y que existen entidades más poderosas que los guiarán y les dirán qué hacer. En otras palabras, se les enseña a delegar el poder que está en ellos ha santos o deidades. 
Al morir estas personas, si creen en el cielo, allí estarán y serán recibidas por los seres que en sus mentes manifestaron y que les dirán que tienen que volver a encarnar otra vez para rehacer todo aquello que hicieron mal y pagar sus pecados. 
Tal vez les aparezca San Pedro que les diga: “Mira: esto no lo has hecho bien, vuelve a intentarlo otra vez”. 

Ver y manifestar lo que deseamos sólo se aplica si eres tú con el poder, si eres el dueño de tu poder interior. Esto es así pues los católicos, entre otras religiones, promueven el delegar a ellas sus poderes, por lo que la libre voluntad no se puede aplicar de la misma manera, o mejor dicho: ¿se está respetando tu libre voluntad? Pues, en este caso, es delegarla a entidades exteriores. 
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Túnel de luz 

Lo que se encuentra cuando se muere, depende exclusivamente de lo que se desea ver. 
Investigadores líderes en el campo de las experiencias cercanas a la muerte han descubierto que el clásico túnel de luz es algo visto casi exclusivamente en el Oeste, difiriendo de otras culturas en la Tierra. 

En la cultura japonesa el que muere encontrará un río y tendrá el desafío de cruzarlo. 
En la cultura africana se deberá esperar a que sus familiares vengan a buscarlos. 
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Eutanasia 

En sociedades holográficas como Taygeta no suele darse la eutanasia, pues la muerte no se toma como algo necesariamente malo y trágico. 
Si un individuo decide irse cuando ya es tiempo, se entiende que esa persona regresará si así lo desea.
Cuando se muere de forma natural es por voluntad propia y la ley de la atracción se usa para dominar sus vidas, por lo que, cuando desean irse, mueren en paz y durante el sueño. 
En otras densidades ningún individuo llega al final de sus días decrépito, enfermo y sufriendo porque su tecnología ya superó esos problemas y se solucionan. 

Sin embargo, en la Tierra la eutanasia es un tema complicado pues intervienen varios factores. 
Uno de ellos puede ser la voluntad de la persona que desea la expansión que le dará la experiencia de haber permanecido en vida, a pesar de todo y hasta las últimas consecuencias, y producirle la eutanasia puede truncarle parte de su plan de encarnación. 
Por otro lado, si un individuo desea irse abiertamente y está sufriendo, no existe motivo para permitirle cumplir su verdadero y sincero deseo. 
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Morir en los sueños 

Incontable cantidad de personas mueren mientras duermen aunque estén sanos.
La muerte en sueños es muy común en los bebés y niños pequeños cuyas muertes se atribuyen a “paros cardio-respiratorios”. Sin embargo, debe entenderse que es la decisión de ellos morir pues extrañan tanto la otra vida que vuelven a ellas cambiando sus mentes. 
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Muerte anunciada 

Las visitas de familiares fallecidos a quienes están cercanos a la muerte son una constante en todas las culturas, y se relata que suelen presentarse muchas veces semanas antes de la muerte. 
Estos familiares se sientan en las camas de los convalecientes y los consuelan prometiéndoles facilitar su transición y acompañarlos durante el proceso. 
Esto también es una señal de muerte anunciada, y puede ocurrir hasta dos años antes del proceso de muerte del individuo con un cambio drástico de personalidad e intereses en la persona que morirá. 
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Muerte de un bebé 

Por muy duro e insensible que suene, un bebé es solo un cuerpo, pudiendo tratarse de un alma vieja con sus propios apegos e historia. 
Esto es así toda vez que el cerebro, traductor del alma, no interactuará completamente con la señal del alma hasta que ese niño tenga aproximadamente unos 7 años de edad, por lo que significa que aún no está allí. 

El bebé se manifestará tal como lo recuerda e interpreta según la experiencia previa y tal como quiera manifestarse, incluyendo lo que otros esperan ver. Esta es la razón por la cual los niños pueden exteriorizarse como un niño fantasma, existiendo registros de muchos de ellos que regresan para ver a sus padres con un cuerpo astral adulto, y son reconocidos de manera sorprendente, incluso con experiencias cercanas a la muerte. 
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Mega muerte 

Existen acuerdos más extremos de múltiples muertes para el mismo alma, el cual consiste en matar lentamente a una persona torturándola hasta el máximo sufrimiento. Sin embargo, antes de que muera, transfieren su alma a un clon al que vuelven a torturar hasta la muerte pasándolo al siguiente clon para volver a torturarlo. 
Esto se efectúa en rituales en la Tierra a modo de mega castigos con los cuales se castiga a personas que le han fallado al Cabal profundo sentenciándolos a 5 u 8 muertes por tortura dependiendo de lo que los jueces decidan. A esto le llaman mega muerte
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Muertos del 5D 

En Taygeta como en cualquier otro mundo 5D, la vida también crea apegos y también existe un mundo de bajo astral o 6D. 
Sin embargo, a diferencia de la Tierra, los vivos pueden meditar y alcanzar la frecuencia y estado para alcanzar el de la persona fallecida y obtener un enlace positivo. Del mismo modo, también pueden hablar con ellos mediante sueños lúcidos. 
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Enterrar o incinerar 

En sociedades holográficas se acostumbra regresar al muerto a la tierra enterrándolo profundo en la naturaleza, sin ataúd, y solo envuelto en una sábana de algodón, lino u otro material degradable sujetos con cuerdas orgánicas.
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Cementerios 

Si se desea ir a un cementerio para hablar con algún muerto, es importante que, al salir, se les ordene que NO los sigan, pues eso es lo que hacen. 


NADA DE NIÑOS en el cementerio pues los muertos se les pegan diez veces más a causa de su vulnerabilidad. Por otro lado, y debido a que su aura aún no está muy bien desarrollada, se les pegan por envidias y gran resentimiento a su vitalidad y a su fuerza de vida en general. 
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Rezar por los muertos 

No es una regla pero, por lo general, muchos seres muertos van a su propio entierro porque es el punto de mayor atención para esa conciencia que ha desencarnado. 
Allí escuchan los rezos y llantos de la familia pues, desde el punto de vista su propia percepción, esos rezos le sirven para afianzar más sus percepciones convenciéndolo de que vea o busque a Jesús, por ejemplo. 
De esta manera si el descarnado estaba dudoso, las oraciones le muestran el camino que le conviene a las iglesias que desean controlar las almas. Por eso las plegarias en los sepelios son tan repetitivas, como mantras, pues se busca que se le metan en la cabeza que ya no tiene. 
Muchos siguen rodeados de otros muertos desencarnados todo el tiempo, caminando por las calles. 
Sin embargo, si un persona es muy espiritual y un ser libre con firme control sobre sus creencias, escuchará los rezos, estará con la familia pero irá donde deba ir libremente ignorando esos rezos. 


Debido a que el descarnado está confundido, el hablarle podrá ayudarlo a que encuentre su camino dependiendo de a dónde deseen dirigirlo sus familiares o amigos. 
Los que no tienen conciencia real de sí mismos quedarán atrapados en sus mismos bucles infinitos sin saber qué hacer y obsesionados con lo que sea que tenga su atención. 
De ahí la importancia de hablar con el muerto para persuadirlo a que quede libre y que sienta que no tiene nada que pagar por sus acciones, liberándolo del karma que cree tener. 

Muchos vivos sienten la necesidad de hablar con el muerto y conectan consigo mismas a fin de llegar a la persona fallecida. 
El muerto escucha. Sin embargo, debido a que para escuchar mentalmente (telepáticamente) deberían estar despiertos, -cosa que no sucede en la mayoría de ellos pues no tienen una conciencia muy alta-, resulta efectivo hablarles en voz alta pues son almas básicas. 
Estas almas desencarnadas escucharán donde sea -especialmente con los recién fallecidos-, pero en los cementerios es donde más se los encontrará pues desean estar cerca de sus seres queridos. 
También está la contrapartida: El hecho de estar muertos no los hace receptivos. Esto es lo mismo que ir con un megáfono a la plaza central de una ciudad intentando despertar a la mayoría de los transeúntes a fin de liberarlos. 
Los muertos no dejan de ser personas, y podrán continuar siendo tan cerrados como lo fueron en vida, por lo que no todos escucharán. 
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Dejamos nuestro eco 

Todo lo que existe deja su eco al morir. 
Aunque existan muertos que no desean perder tiempo en el cementerio o en este plano, aún así una parte de ellos, un eco, permanecerá en el 3D pues, desde el punto de vista del éter, todo lo que han sido siempre será. Sólo que ese muerto ya no tendrá ese punto de atención, tal como el ser espiritual que antes había sido monja. Sin embargo, el ser encarnado como monja, seguirá existiendo como tal pues todo es, y nada deja de ser ni se destruye ni se crea. 

Por cada encarnación vivida dejaremos parte de nuestro alma como descarnados. 
Si hemos vivido 1.000 veces, existirán 1.000 descarnados nuestros diferentes en el astral. Como no los percibimos y no ponemos atención sobre ellos, no importa que existan. Sin embargo, todos ellos suman lo que somos nosotros pudiendo acceder a sus memorias de todo lo que fuimos y seremos. 
Lo que somos hoy es el resultado de lo que hemos sido, y aún nos llega información de esas otras vidas que son nuestros ecos. 
De hecho, otras personas que creemos ajenas a nosotros también son nuestros ecos. Por loco que parezca, hace tiempo fuimos ellos y aún lo somos. 
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