Temario
Introducción a navegación estelar
Mapas interestelares
Unidades de medición de distancias
Mapa etérico
Viajar al compás de una sinfonía
Relación masa-atención
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Introducción a Navegación Estelar
No hay materia, sólo hay mente. La
materia dura sólo es una ilusión creada con la manifestación de una intención,
de una conciencia creadora.
Toda partícula sub-atómica primordial
que a su vez formará estructuras progresivamente más complejas, es tan solo un
nodo de una onda estacionaria que proviene de la armónica de una frecuencia.
Dicha armónica es generada por la atención o punto de concentración de la
atención de la conciencia.
Desde lo más minúsculo y simple, hasta
lo más grande y complejo, todo es producto de una gran conciencia que,
fragmentada de manera holográfica, logra tener un punto de atención en
todo.
No hay tiempo, todo es y todo ocurre
simultáneamente. Solo es la progresión de la atención de una conciencia lo que
anima lo estático dando una ilusión de tiempo transcurrido.
No sólo el tiempo es
una ilusión: la distancia y la separación también lo son.
No hay aquí y no hay allá. Sólo es la
idea de tener un punto de atención separado lo que da origen a la ilusión de
separación y, por lo tanto, la ilusión de que exista una distancia.
Tal como se mencionó, no existe la
materia como tal, pues solo es la percepción de una conciencia que la
crea.
Su solidez es sólo un espejismo y sólo
se percibe como tal desde un punto de vista, desde un punto de atención, y no
desde otro.
Desde una frecuencia mental algo es
sólido, pero desde otra frecuencia mental no lo es.
Una frecuencia mental no es otra cosa
más que un plano existencial. Es una idea, y una idea es una frecuencia.
Por ende, el universo entero es una
gran matrix ilusoria; una gran idea imaginada, -tanto individual como
colectivamente- por incontables billones de fragmentos holográficos del todo,
de la Gran Conciencia Final, la Gran Conciencia Total, la llamada Fuente
Original.
El universo es una idea originada por
la fuente original.
Cada objeto es un nodo o punto, y cada
punto o nodo de una frecuencia dentro de un campo de energía potencial está
siendo sostenido por su propia armónica de una frecuencia, y esa no es otra
cosa más que la atención que la conciencia creadora -sea individual o
colectiva-, tiene sobre ese punto o lugar.
Cabe señalar que en sí no hay una
conciencia puramente individual, pues siempre es el resultado del conjunto
sumado de más conciencias.
Aún lo que llamamos conciencia
individual, nuestro concepto del YO, nuestro concepto del ego, está formado por
varios fragmentos de conciencia, atención de nosotros mismos y de las ideas que
otras conciencias tienen sobre nosotros mismos.
También es el resultado del conjunto de
conciencias en planos diferentes al nuestro, tanto en planos superiores -en
donde somos la sombra de algo más complejo interpretado por un plano
existencial más simple-, como también somos el resultado de la conjunción de
conciencias individuales de planos inferiores.
Podríamos interpretarlo en que somos la
suma del conjunto de conciencias minúsculas provenientes de la percepción de
nuestras células individuales, puesto que nos afectan en nuestra forma de
sentir y en nuestra forma de interpretar lo que nosotros llamamos mundo
exterior.
Esto sucede de maneras muy complejas,
pero el ejemplo más simple sería que nos sentimos bien si nuestros cuerpos
están bien. Pero si tenemos un conjunto de células que no se sienten bien, por
la razón que sea, entonces nosotros tampoco nos sentiremos bien. Nuestras células
afectan a la percepción de nuestro mundo ilusorio mundo exterior.
Cada vez que tenemos una fantasía
estamos proyectando hacia el futuro, pues esa idea imaginaria es la que nos
guía a lo que haremos a continuación. Sin la imaginación no habría ningún
futuro. La imaginación es acceder a esos planos existenciales más avanzados,
donde lo que imaginamos ya existe, por complejo e imposible que pueda
parecernos a primera vista.
No se puede vivir en el ahora
estrictamente hablando, como muchos maestros espirituales les piden, pues el
ahora percibido por nuestras conciencias siempre es el resultado de algo, ya
existente en el pasado.
El vivir realmente en el ahora
significaría pensar en Alpha, que es el estado creador de la conciencia.
El tener plena conciencia imaginativa
de un plan a futuro es importante, pero no tanto como el poder vivir en un
estado creador imaginativo –en Alpha-, logrando establecer nuestra conciencia,
trabajando tan solo unos instantes por delante de lo que experimentamos, como el
ahora.
También podríamos definir el vivir en
estado de conciencia Alpha como el vivir intuitivamente.
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Mapas interestelares
Si bien nuestra percepción de la
realidad como individuos con cuerpos ilusoriamente materiales nos hace creer -a
manera de experiencia empírica- que existe un aquí y un allá, esto sólo se
podría aplicar a la navegación de una nave estelar en vuelo sub-luminar, es
decir, por debajo de la velocidad de la luz.
En esta forma de navegación sub-luminar
atravesando un espacio entre dos lugares se puede usar un mapa estelar
tradicional donde aparecen las constelaciones, las estrellas y los planetas con
sus respectivas distancias, medidas tradicionalmente por la ciencia terrestre
en unidades astronómicas (UA) -distancia promedio entre la Tierra y el Sol-, y
años luz -distancia a la que viaja la luz en un año- la cual se aplica a largas
distancias.
Sin embargo, esta forma de calcular
distancias sólo representan un concepto interpretativo desde el punto de vista
limitado de la tercera dimensión que es donde se encuentra la Tierra en este
momento pues si bien las unidades astronómicas (UA) resultan útiles para
distancias cortas, un año luz no lo será al depender de un factor variable como
lo es el tiempo.
Al ser la velocidad de la luz un factor
variable, el resultado del cálculo de distancia sólo será relativo al lugar, a
las circunstancias y a la conciencia -sea individual o colectiva- que lo está
midiendo.
Y precisamente por ser la velocidad de
la luz un factor variable, no es fiable, por lo que para la medición de grandes
distancias sólo puede usarse de forma referencial pues sólo podremos medirla
dentro de los parámetros o lugares conocidos y circundantes de nuestro
alrededor inmediato, desconociendo los valores reales de otros lugares o
circunstancias. Esto se debe a que sólo podemos estimar haciendo un cálculo
aproximado de cómo se comportará la luz dentro del marco referencial de nuestra
experiencia previa al pasar por dichos territorios.
Esto nos lleva a la necesidad de crear
un mapa o plano de aproximaciones de valores de velocidad luz dependiendo de
cada lugar, generalmente por cuadrante o conjunto de constelaciones
frecuentadas, pero el resultado siempre será una aproximación por más precisos
que puedan ser los instrumentos de medición.
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Unidades de medición de
distancias
Terminología humanizada para
referencia
* Sub-luminar: velocidad menor a la de
la luz
* Supra-luminar: velocidad mayor a la
de la luz
* Warp: Sinónimo de vuelo supra-luminar
equivalente a un factor luz.
Las naves estelares de la raza
taygetiana, como las de cualquier otra raza similar, no miden las distancias en
velocidades luz sino en factores muon, o la velocidad de trasmisión de una onda
energética en frecuencias lepton muon, conocidos en la tierra como neutrino
(del griego “leptos”= pequeño, delgado, fino).
El concepto de muon cambia bastante
entre la ciencia terrestre y la taygeteana pues contiene una masa y un
potencial etérico que también reconoce y observa su predilección por ser una
onda que viaja justo en el punto o borde entre lo que podríamos llamar el mundo
material y el mundo etérico.
Siendo similar al fotón, el muon -como
se reconoce en Taygeta- es tanto una onda como una partícula simultáneamente.
En otras palabras, los muones son semi-etéricos y afectan tanto al mundo
material como al etérico.
Los muones viajan a factores
comparables a miles de factores luz, y para la ciencia taygeteana tienen más en
común con una partícula del tipo tachion que con un fotón, siendo su
transmisión casi instantánea.
Este pequeño retraso del “casi” nos
resulta útil para medir velocidades y distancias al ser también más preciso,
más nunca perfecto.
Aún así, al variar su velocidad
dependiendo de las circunstancias, resulta satisfactoriamente preciso para ser
usado en la navegación interestelar.
El usar factores muon-tachion en la
medición de velocidades o distancias, también nos libra de utilizar muchos
ceros o decimales como lo tendríamos que hacer en factores luz.
Cabe mencionar aquí que la transmisión
codificada de muones es la forma de transmisión de datos y de comunicación en
vivo o en tiempo real entre las civilizaciones amigas, aún a varias
constelaciones de distancia, haciendo posible la interacción y la conversación
en tiempo real entre dos personas de dos planetas distantes y separados por
varios cientos o miles de años luz. También son útiles para la comunicación
entre una nave estelar y su planeta base, aún a distancias enormes o con la
nave en pleno viaje supra-luminar.
Esto se debe a que los muones “viajan”,
-no en el espacio “medible” del mundo “material”-, sino por el mundo etérico
donde las distancias no existen realmente como tales.
La codificación de muones se realiza
alternando las cualidades tau y anti-tau de la trasmisión. Esto son muones o
neutrinos del tipo tau y sus contrapartes de carga opuesta o con cualidades de
antimateria, codificación tau-anti-tau.
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Mapa etérico
Las interacciones matemáticas y sus
relaciones entre sus frecuencias y entre los armónicos de sus frecuencias,
constituye un mapa de frecuencias que puede ser pequeño como la representación
energética de un lugar en particular, o bien tan grande como un mapa energético
en forma de mapa estelar por frecuencias energéticas para guiar naves a través
del cosmos.
Un mapa del éter o mapa etérico es un
mapa de frecuencias que surge de la interpretación numérica de las
interacciones entre ondas dentro del éter, y puede ser de locaciones, de
situaciones o combinado.
Para el vuelo sub-luminar de distancias
cortas interplanetarias, no se necesita más que conocer el mapa con posiciones
de destinos y planetas.
Las distancias/coordenadas en un plano
de tres dimensiones, es decir, mapa tridimensional en coordenadas X, Y y Z, se
presenta a la tripulación en forma de un holograma grande ultra detallado. Sin
embargo este mapa no resultará útil en el momento en el que la nave entre en
modo de vuelo supra-luminar o warp pues todas las reglas cambiarán
radicalmente.
Al no haber materia como tal, -pues el
universo existe sólo como resultado de la manifestación de una conciencia en
forma de ondas estacionarias dentro de un mar de energía potencial llamado
éter-, todo lo que existe se resume a una sopa de frecuencias dentro de dicha
energía potencial.
Por dicho motivo, para el modo de vuelo
supra-luminar -cuando se supera la velocidad de la luz-, los mapas estelares
tridimensionales pierden su precisión por completo y por lo tanto su utilidad
porque a esas velocidades resulta imposible detectar algo fuera de la
nave.
Esto si pudiéramos llegar a esas
velocidades manteniéndonos en el mismo plano existencial del que partimos: el
acelerar una nave con masa, ocasionaría una resistencia al avance
progresivamente más grande al aumentar de velocidad creando, además, un
arrastre imposible de superar por la fuerza misma generada por motores
convencionales, situación explicada en la Teoría de la Relatividad de Einstein
que, en parte, es correcta.
Debido a que el universo mismo es una
matrix de frecuencias resulta posible modificar su estructura
artificialmente.
Por ello, para navegar a velocidades
superiores a las de la luz, NO se puede utilizar mapas con distancias y
posiciones, ni en vectores de movimiento, SINO únicamente en frecuencias
vibratorias primordiales.
Una frecuencia vibratoria primordial es
aquella que define las oscilaciones de los componentes sub-atómicos que componen
la materia misma.
Es la velocidad o frecuencia entre cada
ciclo de despolarización entre el campo etérico y el mundo o plano material en
la secuencia 1, 2, 4, 8, 7, 5 / 3, 6, 9 descripta en Mecánica de la manifestación.
La frecuencia de una ubicación es el
resultado de la combinación de todas las interacciones de energía -no sólo de
los objetos y las cosas en esa ubicación-, sino también de la relación con
otras ubicaciones que la rodean dentro de una sopa continua de energía
potencial en forma de ondas, pues cada objeto, grande o pequeño, vibra a un
ritmo específico desde un nivel subatómico y esa velocidad de vibración es lo
que llamamos densidad.
En un mapa estelar por frecuencias cada
locación o lugar, como la Tierra por ejemplo, tiene una frecuencia específica,
única e irreemplazable que la define en el espacio-tiempo que denominamos
matrix primordial o universal.
En el caso de la Tierra esa frecuencia
específica es muy similar a lo que la ciencia terrestre denomina Resonancia
Schumann que oficialmente tiene como base la frecuencia de 7,83 Hz y está
íntimamente relacionada con dicha resonancia.
De esta manera cada planeta y cada
lugar en el universo tienen su propia frecuencia oscilatoria, aunque el término
“Resonancia Schumann” se refiere únicamente a la Tierra.
Por dicho motivo, y debido a que cada
punto en el universo tiene una frecuencia específica y única e irrepetible,
para realizar un mapa estelar en base de frecuencias se debe ordenar las mismas
en su forma de representación numérica y registrarlas en la base de
datos.
Desde este modo, cada planeta sería:
(frecuencias base únicamente)
*Tierra: 7,83 Hz.,
*Marte: 13,5 Hz.,
*Venus: 221,23 Hz.,
*Júpiter: 183,58 Hz.
En Taygeta las oscilaciones de la
materia no se miden en Hertz (Hz), sino en ciclos o unidades Dzi´Izí, donde su
equivalencia es 1 Hz = 1,894 Dz
De esta manera se calculan las
frecuencias base:
Tierra: 14,83002 Dz
Marte con 25,569 Dz
Venus con 419,00962 Dz y
Júpiter con 347,70052 Dz
1 Dz equivale a un ciclo por unidad de
tiempo y su base es la frecuencia vibratoria del elemento hidrógeno a cero
absoluto en el espacio interestelar.
Como base de referencia de la unidad de
tiempo se tomará la perspectiva de duración temporal de la tripulación de la
nave que está haciendo la medición (unidad SIT o duración de unidad de tiempo
dentro de la nave).
Teniendo en cuenta lo anterior se
desprende que un Dz no puede ser completamente exacto; sin embargo, es lo
suficiente para permitir los cálculos que guíen de manera efectiva a una nave
estelar, aún con pequeñas variaciones, las cuales serán compensadas por la
tripulación durante o después de cada viaje si fuese necesario.
Es importante recordar que el tiempo es
relativo a cada conciencia y jamás una constante.
A cero absoluto no hay movimiento
molecular; de hecho, la temperatura se mide a cero como ausencia de movimiento
molecular. Sin embargo, aún a cero grados, la frecuencia vibratoria persiste a
nivel sub-atómico.
Ahora bien:
Todo lo que existe en el universo está
conectado entre sí por la misma sopa de frecuencias que oscila dentro de un
medio único, el éter, el cual es conciencia pura, la fuente original.
La masa y complejidad de un objeto
específico en el universo, es el resultado de la acumulación de atención que
dicho lugar recibe de la fuente original o éter. Entre más atención recibe,
mayor será su masa, que es lo mismo que mayor concentración energética.
La razón por la cual algún objeto
recibe mayor atención, dependerá de la interacción que tiene con los demás
objetos que lo rodean al estar todo interconectado, combinándose con la suma de
conciencias fractales de la misma fuente original, es decir, de individuos
habitando un lugar que también forman parte de la fuente original.
Esto se aplica a objetos estelares de
gran tamaño, como soles o planetas, y también a cosas pequeñas como una llave,
una moneda, una tuerca, e incluso a partículas sub-atómicas.
Todo objeto en particular tiene un
propósito y a su vez es parte de un objeto mayor, que a su vez forma parte de
otro aún mucho mayor, y así sucesivamente hasta llegar al Todo, al universo o a
la fuente original. Todo lo que existe es por una razón y nada es fortuito
dentro de la matriz primordial universal.
Por lo tanto, la frecuencia u
oscilación Dz de cualquier lugar, es el resultado de la suma y de la
interacción de todas las demás frecuencias que interactúen con dicho lugar.
En un mapa estelar por frecuencias
diagramado en unidades Dz, entre más decimales tenga un número, mayor será la
precisión con la que describe una posición dentro del universo.
De esta manera, si la Tierra -como
planeta- posee una frecuencia base de 14,83002 Dz, al agregarle más decimales
estaríamos anexando más posiciones dentro del mapa.
Entonces la posición estelar: 14,83002,
8452, 700532, 5100688, 71200206, 898210030, 738007332101 Dz nos
indicaría:
14,83002 (Tierra),
8452 (Europa),
700532 (Francia),
5100688 (París),
71200206 (Torre Eiffel),
898210030 (Restaurante) y
738007332101 (Mesa 4).
Con más decimales podemos indicar cuál
plato en la mesa y cuál grano de arroz dentro del plato, e inclusive cada
molécula individual.
El secreto es conocer cuál es la
frecuencia específica e introducirla en una base de datos coherente, lo cual se
logra utilizando equipos y sensores avanzados.
Si bien la frecuencia del lugar es la
suma de interacciones de todas las frecuencias y, por ende, siempre cambiante,
la frecuencia de destino no cambia tanto como para no ser encontrada en un mapa
de frecuencias, pues la frecuencia básica de la ubicación sigue siendo la
misma. Es lo mismo que ocurre cuando regresas a tu ciudad natal luego de muchos
años y la encuentres en el mismo sitio aunque cuando llegues te sorprendas por
lo mucho que ha cambiado.
Cabe recalcar que las frecuencias Dz no
son coordenadas, pues éstas solo son útiles dentro de un mapa estelar
tridimensional convencional para guiar las naves a velocidades sub-luminares o
inferiores a la velocidad de la luz.
Con un mapa en factores de frecuencias
de guiado Dz se elimina la necesidad de introducir demasiados datos
innecesarios en la computadora de navegación, resultando innecesario, además,
introducir datos de localidades mayores como lo sería la frecuencia específica
exacta de todo el sistema solar al ser demasiado grande.
Sin embargo, si nuestro destino es el
restaurante de la Torre Eiffel, no es necesario introducir toda la frecuencia
Dz precisa descrita arriba sino solamente llegar con la nave a París, descender
del modo supra-luminar y, a partir de ahí, navegar por coordenadas X, Y, Z
convencionales o simplemente buscar nuestro destino visualmente de forma más
natural.
En sí, en el uso cotidiano, se
acostumbra a salir del modo supra-luminar en las proximidades de la Tierra y,
desde allí, navegar por coordenadas normales. Esto es siempre así aunque toda
vez que depende del tamaño y de la masa de cada nave, pues las grandes necesitan
más espacio libre para maniobrar.
En resumen, cada lugar en el universo
tiene su propia frecuencia específica e irrepetible como dirección o identidad,
y ésta es el resultado de la suma e interacción con otras frecuencias a su
alrededor.
Como sucede en cualquier medio de
energía potencial, para que se originen objetos sólidos dentro de éste, es
necesaria la creación de ondas estacionarias pues será en los nodos de dichas
ondas estacionarias donde se formarán dichos objetos sólidos.
Para crear ondas estacionarias se
necesita una armónica de la frecuencia o de lo contrario la mecánica de la
creación de un nodo o punto de manifestación de la materia resultaría
imposible.
Dicha armónica de la frecuencia siempre
vendrá en forma de geometría matemáticamente perfecta, por lo que la dirección
o localización de un lugar específico en unidades Dz siempre corresponderá a
fractales matemático-geométricos predecibles y ordenados generando una matriz
de formación ordenada, que es lo mismo que la tela energética que hace o
manifiesta la matrix universal en su forma física.
Teniendo en cuenta todo lo anterior,
resulta predecible calcular y establecer la dirección de un lugar desconocido
usando factores Dz aunados a una frecuencia armónica, permitiendo la navegación
de una nave dentro de la sopa de frecuencias existentes mayormente desconocidas
con el solo hecho de conocer la interacción entre las frecuencias de un
lugar.
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Viajar al compás de una sinfonía
En navegación estelar, una armónica de
una frecuencia es una sucesión ordenada de frecuencias en formas
matemático-geométricas que están generando la masa que compone a los objetos
estelares dentro de un sector en el espacio.
Esta frecuencia armónica es igual a la
música: debe ser perfecta o la onda estacionaria que forma toda la materia se
colapsará pues cualquier disonancia en la música que la compone nulificará todo
el sistema y la dinámica de su creación.
En este caso, de existir un error en la
armónica de la frecuencia programada en la computadora de a bordo, se
ocasionaría un error de navegación dando como resultado el descenso de una nave
del hiper-espacio en el momento en que ocurra la disonancia y antes de llegar a
destino. Esto generalmente ocurría en el espacio profundo y ocasionaría que la
tripulación tuviera que replantearse los parámetros de navegación y los
cálculos antes de proseguir con el viaje, aunque no resultaría en absoluto
catastrófico.
Durante el modo supra-luminar los tonos
son como una sinfonía, estando en relación unos con otros ya que son acordes
entre sí. En gran parte por eso se puede calcular la frecuencia de un lugar
inexplorado, ya que sus armónicos deben encajar necesariamente en los ya
conocidos.
La música es un vehículo, una
frecuencia, y todo es frecuencia en esta matrix, tanto en 3D como en la
primordial.
Algunos tonos armónicos agradables
pueden indicar un lugar general, y cuanto más compleja es la música, más
detalle existe en la frecuencia por lo que necesitas toda una sinfonía y una
orquesta para indicar un lugar específico, tal como una mesa en un restaurante
de la Torre Eiffel. Sin embargo, sólo necesitas unos tonos como una flauta para
indicar un sistema estelar.
El ritmo es parte de la estructura
armónica básica de una localización y su interacción con sus otras
localizaciones dentro de la proximidad de esa localización.
Para una nave en vuelo supra-luminar,
la trayectoria de vuelo como secuencia a seguir, es una sucesión de frecuencias
íntimamente relacionadas entre sí puestas en forma ordenada: música.
Tal es así que, en forma audible, la
armónica de una frecuencia de la trayectoria de una nave se escucha como una
sucesión de tonos distintos pero concordantes y relacionados entre sí, como una
tonada en específico.
Cuanta mayor complejidad tenga dicha
tonada musical, mayor precisión tendrán las maniobras a seguir por la nave,
porque a mayor complejidad, mayores detalles para conducirla por un curso hacia
su destino.
Con una armónica de frecuencia muy
elaborada, la interpretación auditiva suena como una sinfonía entera y muy
compleja. Sin embargo, una serie de sonidos a manera de tonada básica será
suficiente para cambiar el curso de una nave o bien para corregir el rumbo
entendiendo qué armónica de la frecuencia se necesita para llegar a
destino.
De este modo, una sola secuencia o
tonada es suficiente para tener los datos necesarios a fin de guiar una nave de
vuelta a casa.
La tonada y sus datos como frecuencias
se contrastan con la base de datos o mapa estelar de frecuencias y la
computadora trazará el curso y el destino.
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Relación masa-atención
Cuánta más masa tenga un objeto, más
atención de una conciencia recibe y, por lo tanto, mayor será su valor en
unidades Dz.
Todo el universo está compuesto
únicamente por frecuencias vibratorias interpretadas con una secuencia
numérica.
Los números de nomenclatura o valor
bajo, representan cuerpos estelares pequeños.
Los ceros (0,0000) o números con muchos
decimales (0,0000000232), representan lugares en el espacio con poca masa por
unidad cúbica, sólo trazas de elementos principalmente hidrógeno y helio, o
partículas de polvo.
Las unidades numéricas grandes
representan asteroides, planetas y hasta soles.
Por lo tanto, a primera vista, sólo
viendo números en una hoja de papel, podemos ver y entender dónde están los
objetos de mayor masa.
La masa y la complejidad de un objeto
específico en el universo es el resultado de la acumulación de atención que
dicho lugar recibe de la fuente original o éter, por ende, siguiendo esta
analogía, un elefante, al ser un organismo mucho más complejo, está recibiendo
una gran cantidad de atención pura, más que una hormiga.
El motivo es que un cuerpo está hecho
de células individuales, y cada célula en sí misma es un organismo vivo y es
considerado como el organismo principal o inicial, incluso por la ciencia
terrestre. Al tener órganos internos y, en sí mismo, una conciencia propia, el
cuerpo es una comunidad, una sociedad compleja de individuos trabajando para
manifestarse, de la misma manera que todos los organismos vivos en la Tierra o
en cualquier otro planeta componen las células que conformarán la Tierra, tales
como un individuo o una conciencia.
Un sector del espacio vacío que se
encuentre próximo a un objeto de gran masa, también tendrá un valor numérico
alto a pesar de no contener virtualmente nada ahí, pero caerá de valor
progresivamente a medida que nos alejamos del objeto de gran masa.
Esto se puede interpretar en parte como
el fenómeno de curvatura del espacio en la Teoría de la Relatividad de Einstein
pues, -aunque mayormente es errónea-, tiene pequeños puntos válidos aunque mal
interpretados, como lo es éste.
El espacio no se curva como dice
Einstein, sólo es la conciencia la que aparentemente deforma la tela o la
cuadrícula numérico-espacial. Sólo es la mente lo que se curva.
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Navegación estelar [artículos relacionados]
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Importante: Este material ha sido extraído de los
vídeos originales que se citan al pie, compilado y modificado en su sintaxis
por "taygeteanos", sin quitar la esencia del mensaje original.
Véase la transcripción oficial, original y completa
efectuada por Toni
Ruiz de Sociedad Taygeta
Información provista por S'Warúu, de Erra
Vídeos originales de la saga completa de navegación
estelar:
* Navegacion
Estelar Extraterrestre, Viajes en Tiempo, Mapas InterEstelares: Swaruu de Erra
(Pleyades)
* Moviendo
por el Éter - Conciencia y Navegación Estelar (Mensaje Extraterrestre-Pleyades)
(Parte 6)
* Viajes
en Tiempo: Manipulación Temporal (Cambios del Pasado para Cambiar el Futuro):
Swaruu de Erra
Canal: Agencia Cósmica
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