sábado, 27 de junio de 2020

Muerte y Reencarnación II

Temario 

Viaje astral 
Entrevidas 
Mundo astral 
Todo es astral 
Mundo onírico entrelazado 
Trampas de los arcontes 
Ir al cielo 
Elegir encarnar 
Almas entrantes 
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Viaje astral. Volver al mismo cuerpo 

Algunas personas se preguntan el por qué se despiertan cada mañana en el mismo cuerpo, y la respuesta es obvia: porque no existe ningún cuerpo; no hay materia. Luego de la muerte, cada uno podrá despertarse en el cuerpo que desee. 
Sin embargo, mientras dormimos o estamos en entrevidas, nuestro alma puede manifestarse de la forma que desee hacerlo pues nosotros somos la fuente misma. 

Del otro lado todo se manifiesta de inmediato: podemos ser una ardilla por 10 minutos o un conejo por una hora. Nos convertimos en lo que realmente queremos ser o experimentar. 

El hecho de volver al mismo cuerpo luego de despertar, es porque así lo hemos decidido para aprender de la experiencia de ser lo que somos; y esta experiencia sólo representa menos de un nanosegundo en el tiempo desde el punto de vista de nuestro verdadera alma. 


La identidad que tenemos ahora es sólo una idea, un apego, y por más que nos esforcemos en volver a ser otra persona al despertar, no lo lograremos pues realmente no lo queremos. 
Hay mucho más en nosotros que nuestra mente consciente, y tal es así que el subconsciente toma el control a fin de que no muramos a causa de una depresión o frustraciones en la vida. 
Solo desde la perspectiva del ser encarnado se vive un solo nodo a la vez. Desde la fuente, todo se da simultáneamente. 

Respecto al cordón plateado 
El cordón astral o plateado es otra idea, una manifestación, un recordatorio para volver a nuestra idea corporal aunque no lo necesitemos. 
Todo lo que dicen en la Tierra sobre el túnel de luz, el cordón, etcétera, solo son un conjunto de ideas para tratar de comprender algo más allá de la capacidad mental del humano y, al manifestarlo por sí mismos, se vuelve real para ellos, pero sólo es una idea. 
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Entrevidas 

Es el área de vida después de la vida. 

La zona de la entrevida, el mundo astral e incluso la fuente, no es un lugar al que vamos luego de morir. No es algo direccional que requiere de movimiento y posee una distancia. No se trata de estar aquí y luego ir allá. 

El entrevidas después de la muerte, -cuando dejamos de tener el cuerpo como vehículo a través del cual nuestra frecuencia puede experimentar el mundo físico-, es un cambio de consciencia instantáneo que se produce en nosotros y nos vemos como lo que realmente somos: la fuente misma. 
Y, desde la fuente que somos, podemos acceder y ser todo al instante, pudiendo generar la experiencia que queramos, sea ésta en el mundo astral o en cualquier mundo en el que deseemos estar o percibir basado en la atención de nuestra frecuencia, de nuestro enfoque, sin gradientes ni densidades realmente. 

Por ende no se trata de ir al mundo astral o a la fuente, sino simplemente manifestar ciertas experiencias de los supuestos mundos desde nuestro propio enfoque mental, por eso es tan importante enfocarnos durante la vida actual pues, al morir con esos enfoques, tendremos el conocimiento ya adquirido y la libertad de saber que somos nosotros mismos quienes decidiremos a dónde ir. 

Cuando nos encontramos allí podemos reconocer a nuestra familia, e incluso podremos discutir sobre lo que sucedió durante la encarnación. 
También tenemos una vida social, obviamente sin cuerpo físico toda vez que somos una manifestación inmediata de lo que está en nuestra mente de frecuencia. 

Cuando estamos en los reinos superiores durante la entrevida manifestamos todo inmediatamente pues todo lo que pensamos se manifiesta. 
Podemos estar felices en una playa disfrutando de la brisa y del mar, y luego aburrirnos y querer estar en un bosque y, de repente, ahí estar. 
Tal vez no estaremos solos pues la gente, las almas que estén interesadas en la playa o en el bosque allí estarán con nosotros también. Obviamente, aquellas que tengan otros intereses, no lo estarán. 


No estamos en una densidad u otra sino en todas a la vez; somos nosotros quienes lo estamos moviendo y controlándolo todo. Es un estado de absoluta libertad. Estamos en todos lados, somos todo lo que nos gusta tan solo cambiando nuestro punto de atención. 
Si queremos ser una flor o una estrella, lo seremos. No existen palabras suficientes para describir este estado. Podemos ser cualquier cosa: un animalito en un planeta lejano y, al mismo tiempo ser conscientes de todo. 

Aunque nuestros familiares hayan vuelto a encarnar, podemos hablar con ellos en el entrevidas, pues allí van mientras duermen y no existe el tiempo. El tiempo sólo es relativo y se percibe de forma lineal desde el punto de vista de una encarnación. 
De hecho, cuando vemos a un pariente muerto en los sueños, es que hemos estado con él en el entrevidas. 
Sólo es un cambio de conciencia y de punto de atención. Siempre estamos muertos y vivos, aunque mejor dicho: siempre somos un espíritu, un alma, una fuente, y todo lo físico, como una encarnación, es solo una manifestación, una idea que tuvimos como fuente. 

Si en el entrevidas nos encontramos con miembros de nuestra familia o con amistades es porque ambos quisimos reunirnos de nuevo -como en cualquier otro lugar-. Nos buscamos energéticamente uno al otro y manifestamos la presencia uno al otro. Esta manifestación es inmediata, y no tenemos que viajar para vernos, a menos que nosotros queramos. 
Estarán allí en el instante en que queramos vivirlo pues, desde solamente desde la Tierra se percibe el tiempo como un curso lineal de eventos. 
Pero si queremos buscar a alguien en particular dentro de un mar de almas, entonces eso es lo que experimentaremos. Por ello es tan importante controlar lo que realmente queremos; tener las cosas claras todo el tiempo. De ahí que muchas personas reales en la Tierra no estén listas para volver a la fuente o manifestarán situaciones horribles para sí mismas, tal como lo hacen todo el tiempo y, por eso, viven con ese sufrimiento en la Tierra. 
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Mundo astral 

Cuando una persona con mucho apego a su cuerpo físico muere, -tal como podría suceder en una muerte violenta-, no llega a comprender que está muerta. Y si bien ya no posee un cuerpo biológico, como ha vuelto a ser la fuente y todo puede manifestarlo, vuelve a exteriorizarse en un cuerpo como el que tenía en vida. Este cuerpo, obviamente, será un cuerpo astral pero la persona se percibirá con ropa y zapatos caminando por las calles, sin entender que ya está muerta. 
Seguirá teniendo las mismas obsesiones que tenía en vida, experimentando una y otra vez la misma situación. Cuando por fin entienda que está muerta, comenzará a crear alianzas y un submundo astral viviendo y reviviendo la misma situación traumática. 

El resultado es un mundo bajo astral en donde el mundo físico es copiado casi a la perfección solo con pequeños cambios o deformaciones por la memoria de los muertos que lo está manifestando, tal como la puerta del baño demasiado pequeña para pasar. De esta manera el 4D llega a ser un mundo caricatura del 3D físico. 

Cada alma generará su propio mundo en virtud de su enfoque y de lo que desea. Su intención es lo que importa. Algunos serán felices y otros inmensamente lo contrario. 
Muchos continúan viviendo en el bajo astral pues escogen formar clanes, grupos, alianzas, familias, tal como pasa con los vivos. De hecho, se podría crear un canal de YouTube para muertos, pues existen miles y miles de ellos. Se entiende que solo pueden ver lo que está dentro de su rango de frecuencia-percepción. 
Son conscientes de su propia realidad y el bajo 4D es la densidad más fuertemente ligada a la que se percibe como el mundo material o real del 3D. 

Deambular por el astral 
Muchas almas encarnan pues desconocen que pueden irse o bien desean quedarse. Debido a que en otras densidades más altas las ideas se manifiestan rápido, muchos de estos espíritus se perciben con un cuerpo como si nada hubiese pasado pues están muy apegados a la idea de que existen sólo por tener un cuerpo físico. 
Y esto sucede pues, aún muertos, siguen anclados dentro de la matrix 3D por sus ideas limitantes y sólo recuerdan lo que sea que recuerden como si estuviesen en vida. 
Estos seres están muy apegados y no desean retirarse, ni siquiera, a la entrevida a descansar, y se conforman y satisfacen con ser parásitos desencarnados. 

Apego al cuerpo 
Muchas personas encarnan con la herida que los mató en la vida anterior, o con una zona extraña de piel o zona decolorada, una mancha o deformación craneal, solamente porque así lo desean pues son ideas y memoria reflejada. 
Esto se debe a que existió mucha atención en su agonía o en las heridas mortales, por lo que se encarnará con la idea de tener esa cicatriz que no fue sanada porque resultó mortal, la cual transfiere a su nuevo cuerpo. 

Fantasmas 
Cuando las experiencias traumáticas de un ser en vida son muy fuertes, como el morir en calabozos oscuros después de muchas torturas, es tanta la atención que ese ser a puesto a dicho sufrimiento que su alma lo repite eternamente. 
Ese puede ser el caso del fantasma que todas las noches, una y otra vez, pasa arrastrando sus cadenas por el mismo pasillo de una vieja casa abandonada. Así seguirá por siempre hasta que su punto de vista le haga cambiar y no presentar la misma obsesión. 


Extrayendo lux 
Algunas almas humanas fallecidas pueden pegarse a alguien vivo porque comparten un interés común, especialmente cuando consumen drogas, beben o fuman, pero también ese interés en común puede ser por la arquitectura, la música o la pintura entre otras. 
Muchas veces lo que se llama inspiración es algo que proviene de los espíritus susurrando ideas a los artistas, por lo que, a veces, el tener a alguien pegado no es necesariamente malo. 
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Todo es astral 

No existen densidades tales como el 3D, 4D y demás, aunque no estaría erróneo decir que existe una densidad por cada persona. 
Si solo vemos los mismos lugares que otras personas, sólo es por acuerdos comunes, pero en sí tampoco existe un mundo físico y otro astral; de hecho, todo es astral aunque desde nuestra experiencia nos percibimos con un cuerpo físico en un mundo físico también. Pero todo es una ilusión. 

El mundo astral es también creación de nuestra mente y funciona bajo las mismas leyes del entero universo. 
Las personas que mueren no tienen que pasar por ningún astral 4D si es que no lo desean. Algunos se quedan allí por unos momentos, unas horas, mientras se despiden de los suyos. Dependerá de lo que desee cada persona. 

Bajo y alto astral 
En teoría se trata de lugares lugar dentro de una cantidad infinita de lugares astrales, solo que allí, por acuerdos, se está en un mundo positivo de amor y paz pues un grupo de personas a nivel colectivo lo han generado para sí mismos de esa manera. 
Sin embargo, no existen lugares como tales sino que todo está en la mente de cada persona generándolo por su propia conciencia. 
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Mundo onírico entrelazado 

El mundo onírico se entrelaza con el mundo espiritual como en una tela. 
Cuando exista compatibilidad de frecuencias, intenciones, pensamientos y deseos, una persona fallecida puede interactuar con una viva que está soñando. Siempre depende de las frecuencias y todo está entrelazado. 
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Trampas de los arcontes 

Existen seres arcónticos que intentarán manipular a las almas que intentar salir del 3D a fin de que vuelvan a encarnarse. En este sentido se podría hablar de trampas. 
Sin embargo, y debido a que somos nosotros mismos quienes creamos nuestra realidad, al morir no tendremos que encontrarnos con estos seres si no lo deseamos pues entendemos que nadie nos puede decir qué hacer. 

Si dudamos de nosotros mismos y tememos a estos seres, caeremos en su trampa la cual será otra ilusión pues tampoco será real, toda vez que no existirá si nosotros decidimos que NO existe. 
Por eso resulta tan importante ir entendiendo y reprogramando poco a poco nuestra mente para no caer en estas trampas mentales. 
Solamente nosotros podemos decidir qué es lo que queremos hacer después de la muerte. 


Los arcontes que inducen a malas prácticas a los seres humanos, están en otra matrix creada por ellos. No es el mismo lugar, por decirlo así, que el de los descarnados, aunque sí tienen acceso. 
Entonces no es que estén en un lugar u otro, están en su propio mundo y lo manipulan a su conveniencia manteniendo su control mental, primero sobre la población viva y luego sobre la población ya fallecida. 
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Ir al cielo 

Si bien muchas personas no creen en la reencarnación, sí creen en el cielo, por lo que encontrarán un cielo a su medida. Sin embargo, esto no los libera de volver a encarnar pues, desde ese cielo, se le abren más posibilidades de percepción-conciencia siendo parte integrante de la manifestación colectiva del catolicismo. 
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Elegir encarnar 

Encarnamos porque como somos todo, finalmente nos aburrimos, así de simple. Necesitamos emociones, sentirnos limitados para concentrarnos en un punto de atención a la vez y poder disfrutar plenamente, sintiendo la experiencia y creciendo a partir de ese contraste. 

Entonces desde un pequeño periodo de tiempo -desde la perspectiva de la fuente que somos-, nos convertimos en ese pequeño animal en un planeta lejano y nuestra atención estará encerrada en esa criatura hasta que se acabe su tiempo. 
Como fuente lo somos todo, incluso, estar atrapados en la conciencia de ese animalito que atraviesa el bosque. 

Cuando estamos en el entrevidas y en la conciencia de la fuente, saltamos nuestro punto de atención donde queramos pudiendo ser ese animalito o cualquier otro porque somos todas las criaturas con conciencia a la vez, y todas son nosotros. 
También podemos ser una persona de la Tierra durante un rato y después dirigir nuestra atención a otra persona. Las dos, en ese momento, somos nosotros. 
Podemos ser cualquier persona por un rato o por toda una vida, esto es encarnar; y si bien no volvemos a un estado anterior, ¿por qué no ser una ardilla por una hora? Podemos, pero toda una vida, no, gracias. 
Desde el punto de atención de la fuente, será solo un cambio; desde el punto de vista de un animal, será toda una vida. 

Siguiendo una línea de eventos desde el punto de atención de un alma, un ser que experimenta ser monja podrá luego reencarnar siendo religiosa, luego la señora que va a la iglesia los domingos, luego la creyente, luego la que cree sólo un poco, luego la escéptica, luego la agnóstica, luego la atea, luego la que encuentra lo espiritual y luego la que se libera. 
Sin embargo, desde el punto de vista más expandido, el concepto de que un alma aún se encuentre atrapada en una creencia religiosa se convierte en un concepto eterno pues dicho alma quedará atrapada en eso por una eternidad, para siempre, toda vez que si centramos el punto de atención en la variante de esa alma, la atea, la monja y la religiosa y todas las demás, aún existen. 
En lugar de pasar por varias encarnaciones hasta encontrar la salida, esa monja podría dar un salto cuántico, difícil pero posible. 
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Almas entrantes 

Existen almas entrantes todo el tiempo en el ciclo terrestre, siempre las ha habido y siempre las habrá, pues son una parte importante de cómo funciona la conciencia y las almas en la Tierra. 
Es uno de los sistemas más comunes e importantes en el momento de encarnarse en la Tierra. 
Un porcentaje muy alto de la población humana es una alma entrante, tal vez la mitad de las semillas estelares lo son. 


Básicamente es un cuerpo vacío o parte del programa matrix (persona falsa) que un alma escoge por ser acorde a la experiencia que desea tener en la Tierra y para la edad que desea experimentar. Si la frecuencia es acorde entrará en ese cuerpo a través de tecnología de inmersión. 
Puede suceder también que un alma no desee vivir más allá de unos años por lo que decida retirarse mediante acuerdo previo hecho antes de encarnar, dejando el cuerpo sano para que otra persona lo ocupe. Si bien no será la misma persona en ese cuerpo, tendrá sus memorias y experiencias. Esto suele usarse para aprovechar un cuerpo perfectamente sano y porque las circunstancias de ese cuerpo son las correctas y en acorde con lo que el alma nueva desee experimentar en la Tierra. 
Muchas semillas en inmersión entran desde que nacen. 
Sin embargo, en sí todos los cuerpos son portales orgánicos, biotrajes, solo que se puede entrar en cualquier momento de una vida biológica, no solo a las dos-tres semanas de gestación. 
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