martes, 4 de agosto de 2020

Navegación Estelar: Maniobras. Destino. Mapeos

Temario

Formas de vuelo según la maniobra
Locación exacta de destino: Contexto
Convertirse en el destino, Desaparecer y volver a aparecer, No existen las distancias, Espacio y tiempo superpuestos
Mapeando el universo
Flujos gravitatorios, Naves acordes al mapeo, Ordenador cuántico, Mucho por mapear
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Formas de vuelo según la maniobra 

Un avión terrestre consigue empuje o potencia ya sea de motores jet o de motores a hélice, por lo que su estabilidad y guía en vuelo se produce por la manipulación del aire que pasa a través del ala por medio de partes móviles llamadas superficies de control, alerones o flaps, los cuales no pueden ser utilizados en el espacio pues no resultan útiles a grandes velocidades, aún en vuelo atmosférico. 

En cambio, en las naves taygeteanas sus motores de impulso magnético producen energía de propulsión que se combinan con el uso de los motores de manipulación gravitatoria para maniobrar o dirigir una nave o bien hacerla cambiar de curso. 
Si bien podrían usarse motores cohete pequeños para el mismo efecto, resulta más práctico el uso de motores gravitatorios como medio de control de maniobras. 
Estos motores reemplazan las superficies de control, alerones y flaps y se pueden usar tanto en vuelo atmosférico como en vuelo espacial por igual. 

Además de los 2 motores principales, una nave de caza grande como Suzy, cuenta con 2 motores de impulso magnético retráctiles que sirven tanto para acelerar el despegue como para remolcar o mover carga pesada de forma cinética no gravitatoria. 

Obviamente la maniobra de precisión no se asemeja en lo más mínimo a un Jet Harrier con su subsiguiente cohete hacia abajo, rugiendo y levantando una gran cantidad de polvo y escombros volando por los aires alrededor de la zona de descenso. 
(El Harrier, también llamado Harrier Jump Jet o el Jump Jet, es un avión a reacción militar de diseño británico capaz de realizar despegues y aterrizajes verticales/cortos, mediante empuje vectorial). 

Tal como se ha visto, una nave grande de caza o superior funciona combinando 3 formas de vuelo según resulte necesario y según la maniobra a efectuar: dos medios de propulsión (gravitatoria, acción-reacción) y toroide de alta energía para vuelo supra-luminar. 

Si una nave grande de 2.000 metros de largo (7 portaaviones) y de 20 millones de toneladas de acero y titanio inicia un descenso a superficie, requiere de maniobras de aterrizaje que resultan delicadas. 
Cuando una nave de caza o superior entra a atmósfera, por ejemplo al aproximarse a puerto en Temmer, funcionará casi exclusivamente con motores gravitatorios toda vez que éstos resultan menos invasivos para la población. 
Típicamente, una nave despegará de la superficie usando los motores gravitatorios y ya a 20.000 metros o más en altura, encenderá los Jet de plasma grandes para salir a la atmósfera. 
Una vez tome velocidad hasta unos 40 o 50.000 Km/seg, encenderá el toroide y saltará al híper espacio. 
Al descender del híper espacio apagará el toroide y descenderá de entre unos 100.000 a 50.000 Km/seg., encendiendo los motores frontales de Jet de plasma a manera de retro-cohetes, o bien usando motores gravitatorios a manera de frenar la nave. 
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Locación exacta de destino: Contexto 

Un mapa numérico interpreta frecuencias específicas de cada lugar, un sector espacial fijo, tal como una fotografía. Sin embargo, el universo es siempre dinámico y cambiante donde lo único constante, es el cambio. 
Por dicho motivo, al viajar en modo supra-luminar, no solo se debe dar a la computadora la frecuencia del destino, sino también el dato de cuándo debemos arribar a él. 
Existe un tercer factor a introducir en la computadora de navegación y es el Ho’dee’zá, que se puede traducir al castellano como paralaje (parallax en inglés). Este factor la dará a la computadora de navegación el dato de: desde qué dirección deberá aproximarse al destino la nave cuando descienda del hiperespacio o vuelo supra-luminar. 

Dato Bil’h: 14,83002Dz (Tierra), destino, en taygeteano 
Dato Na’al: cuándo, en taygeteano. 
Dato Ho’dee’zá: desde qué dirección del hiperespacio la nave arribará a destino. 

Las interacciones matemáticas específicas y sus interacciones entre sí creando una sopa compleja de armónicos de frecuencia dentro del éter se define como locación o lugar

De esta manera, la esquina de una ciudad con sus postes de luz, banquetas, casetas telefónicas, tomas de agua para bomberos y cada pequeño detalle por igual, resultará en una combinación de interacciones específicas que resulten en una percepción de objetos sólidos interactuando entre sí dentro de un espacio y a través de un marco temporal. 
Los vehículos y las personas transitando por ese lugar también son patrones energéticos resultado de sus propios armónicos de frecuencias dentro del mismo campo de energía potencial, en una continua e incansable interacción entre sí a un ritmo temporal específico que les es dado por la interpretación personal del observador-conciencia y también por la suma de personas-observadoras o colectivo que, por su misma capacidad de percepción y de procesamiento de datos, viven o comparten una misma densidad existencial. 

Todas estas frecuencias y los armónicos que las componen son exactas, nunca se repiten y jamás son iguales a otras, por lo que se interpretan como una locación exacta dentro del espacio-tiempo y guiar una nave a su destino exacto. 

La locación y sus armónicos de frecuencia pueden ser tan pequeños como un átomo o tan grandes y complejos como una galaxia o como el universo entero, añadiendo complejidad progresivamente a medida que se expande. 

La exacta armónica de la frecuencia de, por ejemplo, un planeta dentro del éter –que la ciencia terrestre denomina “continuidad espacio-temporal”-, es un lugar o posición exacta dentro de un mapa estelar, datos exactos que se introducirán al ordenador de navegación de la nave espacial para proporcionar el destino. 

Los objetos se representan con un valor numérico aunque estén conectados con las situaciones que pueden ser circunstancias existentes dentro de un campo y dentro de cierto contexto que es único. 
Del mismo modo, una situación en una determinada locación dentro de cualquier contexto sea pasado, presente o futuro por igual, también puede representarse con un valor numérico ya que todas son el resultado de construcciones matemático-armónico-frecuenciales. 

En otras palabras: No hay pasado, no hay presente, ni hay futuro; sólo armónicos de frecuencias dentro de un campo y, por lo tanto, reproducibles y repetibles reproduciendo las frecuencias exactas y sus armónicos correspondientes al lugar o situación, lo que también define el destino al que se llegará pues esa frecuencia y sus armónicos no sólo lo representan sino que son ese destino exactamente. 

El contexto es el área o locación de arribo y es el resultado de todas las interacciones de todas las frecuencias del lugar, completas, con todas los armónicos de una frecuencia y todas las interacciones y dinámicas entre sí, representado como una compleja secuencia de interacciones matemáticas las cuales, entre más complejas sean, más detalles representarán. 

Convertirse en el destino 
El principio que marca que al igualar una frecuencia te conviertes en más de lo mismo se aplica también en la navegación de naves estelares pues los motores igualan la frecuencia del destino con suficiente exactitud para convertirse en parte de él y, de esta manera, la nave llega a su destino. 

El concepto de viajar al pasado o al futuro está en las mentes humanas, no en el universo, pues da lo mismo viajar 10.000 años atrás que a esta misma mañana. 
Al conocer la frecuencia del destino, se la iguala con los motores de la nave y ésta y todo lo que está en su interior se convierte en esa frecuencia destino también. 

El igualar la frecuencia de destino es comparable a mover la perilla de una radio a fin de localizar o sintonizar una estación en particular. El prestar atención a esa estación no implica que el resto de las emisoras hayan desaparecido pues ellas siguen allí, y si no se perciben es porque están en otra frecuencia. 

De igual manera la nave es el sintonizador que selecciona el destino que siempre estuvo allí, como pre-escrito, pero con una infinita cantidad de posibilidades de futuro que también ya están escritas. 

Desaparecer y volver a aparecer 
Desde el éter no hay volumen ni distancias pues todo existe y está entrelazado en un mismo espacio, y solo separado por el velo de la percepción el cual es el límite que todas las conciencias poseen. 

La nave tiene en su ordenador un mapa de frecuencias exactas. A voluntad, se envuelve a si misma dentro de un toroide de alta energía de frecuencias controladas con extrema exactitud y precisión que la hace energéticamente incompatible con su lugar de origen, por lo que ésta se vuelve inexistente en el lugar del que salió y salta al éter. En otras palabras: desaparece de su origen. 
En el éter –y por el principio de frecuencias dominantes-, la frecuencia exacta energética del toroide controlado por el ordenador se impone sobre la nave misma volviendo todo lo que está dentro de ella en energía potencial y conteniéndola dentro de una burbuja artificial que aún conserva toda la información de los armónicos de sus frecuencias que mantienen la energía en forma de nave y sus ocupantes. 
Desde el éter vuelve a modificar los armónicos de sus frecuencias en forma artificial para volverse compatible con el lugar de su destino y allí manifestarse físicamente. 

Los armónicos del motor de la nave espacial funcionan exactamente igual que el espíritu y la conciencia, emulados con aceleradores de nano-partículas que imitan neuronas como las de un ser biológico con un alma. 

No existe ningún movimiento a través del espacio; no hay desplazamiento, ni distancias que recorrer pues desde el éter todo es y todo lo que existe, tal como el universo entero, está contenido dentro del éter de esa manera sobrepuesta. 

No existen las distancias 
Todo lo que existe está ocupando el mismo espacio, entrelazado como la urdimbre de una tela. Solo cambia el lugar donde se es compatible según los armónicos, que son frecuencias y vibraciones y, donde se es compatible, es donde se está. 
No existen distancias desde el éter pues todo es una idea, una frecuencia. Da lo mismo estar en las Pléyades, en la Tierra o en Aldebarán. Tú piensas donde quieres ir y la nave lo interpreta. Aumenta tus deseos y allí estarás. 
No existe viaje en sí pues toda distancia desde el éter se lleva a cabo de manera instantánea y sólo se percibe como un período de tiempo lineal desde la percepción interior de la nave (Tiempo SIT), pero solo es una ilusión más creada por la mente misma de sus ocupantes. 
De esta manera da lo mismo retroceder al día de ayer que a 100.000 años atrás. Da lo mismo viajar en vuelo supra-luminar desde Florida a Los Ángeles, que desde Florida a la Galaxia de Andrómeda. 

Espacio y tiempo superpuestos 
Cada frecuencia y sus armónicos dependen de una tasa de tiempo la cual es el resultado de los cambios en la intención y atención de la conciencia del observador. 

El tiempo es una percepción dada por el orden de los conceptos en la consciencia del observador y de la velocidad con la que secuencia sus ideas, por lo tanto es el resultado de una conciencia. Cuanta más conciencia tenga el observador, más conceptos podrá manejar y a mayor velocidad, ya que podrá procesar más percepción de datos. 

Esta percepción determinará la densidad de existencia que perciba el observador siendo que una tasa más alta significará armónicos de una frecuencia más rápidos y complejos que podrá crear dentro de un campo de energía potencial. 

Desde el éter se puede llegar a todos los lugares del mundo físico incluyendo todos los puntos en el tiempo de esos lugares. Esto es así pues, el estar en el éter implica manifestar todo lo que existe pues solo es un punto de vista equivalente a una frecuencia. 

Si se cambia el punto de vista-frecuencia desde el éter, ya se está en el lugar deseado sin necesidad de viajar ni moverse, sino sólo cambiando la frecuencia de los motores de la nave a fin de hacerlos compatibles con estar en otra frecuencia que también será un punto específico en el tiempo. 

Todo existe de manera superpuesta y solo se percibe un lugar y posición temporal cuando se tiene compatibilidad energético frecuencial. 

Cuando un lugar tiene una frecuencia y, al igualarla, se convierte en la misma frecuencia indistinguible de ella. 
Solo a través del filtro de frecuencias que es el toroide, podemos ver o experimentar un lugar en el espacio tiempo. Si encendemos un filtro, percibimos estar en las Pléyades-Erra, y con los motores cambiamos el filtro, y de repente percibimos estar en la Tierra. Nada ha cambiado, solo es nuestra percepción lo que modifica lo que vemos. 
Si tienes un aparato de radio para escuchar música y sintonizas el 102.5 FM escuchas a Richard Wagner; si le das vuelta al dial y sintonizas 92.4 FM, escuchas música pop. Ambas frecuencias ya estaban ahí, en el mismo espacio. Solo es el filtro de nuestra atención lo que nos permite escuchar a Wagner o a la música pop. La radio no se mueve.  
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Mapeando el universo 

En vuelo supraluminar una nave puede viajar directamente a destino (sin escalas), o bien hacerlo por lapsos. 
Si se desea estar en un punto medio entre dos distancias, solo se debe programar el salto a ese punto específico o bien dar una serie de saltos cambiando el vector de movimiento viéndose el vuelo supraluminar desde la perspectiva de un mapa de distancias y posiciones tradicional. 

El dar saltos en puntos pre-programados es la única manera de trazar una trayectoria de vectores de movimiento para una nave que se desplaza a través del éter en donde no hay tiempo, ni distancias, ni posiciones en un mapa. 

Se entiende que si se tiene un destino definido, por ejemplo de Taygeta a la Tierra, el detenerse en sitios o planetas en el camino no reviste mucha utilidad práctica. Sin embargo, esta situación cambia si se tiene el propósito de ir trazando mapas de frecuencias espaciales interestelares con el fin de mejorar el detalle de los ya existentes y crear nuevos mapas de sitios inexplorados. 

Siguiendo con este objetivo el mapear un área determinada puede hacerse de dos maneras diferentes: 

1-. Una nave se detendrá momentáneamente en el espacio profundo y vacío, tomará en ese punto la lectura de gravedad y frecuencias del éter, lo grabará en la memoria del ordenador y proseguirá al siguiente punto. De esta manera se podrá ir superponiendo las frecuencias específicas de cada punto en un mapa tradicional de distancias con sus respectivos puntos de frecuencias éter. 

2-. Comprendiendo el flujo gravitatorio o éter en el espacio profundo, se puede saber matemáticamente que procedería en el punto sin explorar. 
Por ejemplo, viendo este patrón sencillo: 
2+2=4, 4+2=6, 6+2=8. Es el espacio conocido 
1320: Es el espacio desconocido sin mapas 
Si sabemos que la dinámica matemática de los armónicos de frecuencia del éter en ese lugar es la suma anterior más 2, entonces la dinámica de matemática del éter de un lugar desconocido adyacente al conocido concluye que 1320 de frecuencia de éter tiene en su espacio inmediato a 1318 y luego a 1322. Si bien la nave no tomó las lecturas 1318 ni 1322, sabe matemáticamente que se encuentran ahí. 

Si bien los números de las verdaderas frecuencias poseen 18 ceros interactuando con fórmulas matemáticas en extremo complejas que reflejan la interacción matemática de los armónicos de frecuencia de flujo de éter-gravitatorio de un lugar, todos obedecen al mismo principio. 
De esta manera se puede saber matemáticamente a partir de lecturas de un lugar la relación de éste con el próximo, pues tenderá a ser acorde con los mismos principios matemáticos permitiendo predecir un mapa de frecuencias estelares sin la necesidad de que una nave tome las lecturas de cada lugar. 
En resumen: Al conocer la dinámica matemática del espacio conocido se puede saber la dinámica matemática del desconocido. 

Ya se mencionó que el mapa estelar de frecuencias reemplaza lugares y objetos –tales como planetas y sistemas estelares- por sus valores numéricos de frecuencia energética. De esta manera, los objetos de gran masa obtienen un valor de frecuencia numérica alta y los objetos pequeños un valor de frecuencia numérica baja. Sin embargo, los lugares aparentemente vacíos como el espacio profundo, no reciben una frecuencia equivalente a cero, sino una nomenclatura de frecuencia-energética baja toda vez que el espacio no está vacío sino que es el medio a través del cual se transmiten las ondas gravitatorias que formarán objetos cuando posean una armónica correcta y sustentada. 

El éter es el espacio conocido y el desconocido por igual. El éter es la gravedad y la gravedad es un flujo o corriente dentro del éter tal como una corriente dentro del océano es parte del océano. 
Es solo espacio de un solo plano, debiendo agregarle los planos temporales que se sobreponen respecto de pasado-presente-futuro. 

Flujos gravitatorios 
Hay que tener en cuenta, a su vez, que las frecuencias de flujo de éter son variables y no obedecen a factores fijos como 1320 sino que están en una progresión de frecuencias numéricas desplazándose en lo que se percibe desde las conciencias de la nave como tiempo. 
Y por eso es un armónico de una frecuencia, pues no es una frecuencia fija sino una secuencia matemáticamente perfecta que origina lo que se percibe como un lugar. 

Es música, pues la música es una secuencia perfectamente entrelazada de frecuencias con relaciones entre sí de cada nota o grupo de notas que la forman la música. 
El “tempo” en la música, el ritmo, la duración de cada nota y cómo éstas se relacionan con las que emiten los demás instrumentos, forman una sopa auditiva de ondas sonoras dentro de la sala de conciertos, que no dejan de ser ondas sonoras que, con la intervención de una conciencia, adquieren significado como un concierto, como arte, como música, como algo bello. 

Lo mismo sucede en el éter donde las armónicas de una frecuencia se desarrollan de manera perfectamente calculable entre sí, más no iguales creando una sopa de frecuencias donde cada armónica creará las ondas estacionarias que, a su vez, formarán los objetos que vemos en cada lugar.

La sopa de ondas sonoras dentro de la sala de conciertos sería equivalente a los flujos gravitatorios dentro del éter, y sólo con la intervención y la interpretación de una conciencia se puede descifrar como un concierto o un lugar material. 
Soles, planetas, civilización y todo lo demás sólo son flujos gravitatorios interpretados por una conciencia que los convierte en algo con un significado. 

Una secuencia armónica constructiva es aquella que suma 9, por ejemplo 432, pues promueve la formación de ondas estacionarias acordes a las frecuencias de mente o conciencia y las alienta. 
Si no es una secuencia perfecta matemáticamente precisa (música), la onda estacionaria se colapsa desintegrando la materia y regresando de nuevo al éter. 

Por lo tanto, para crear música más compleja y pasar de una sola flauta a un concierto completo, se deben ir agregando algoritmos matemáticos que rigen las ondas sonoras, todo perfectamente entrelazado a fin de crear un concierto completo y complejo. 
De la misma manera, las ondas estacionarias también van creando cosas más y más formas complejas como sistemas solares, planetas y constelaciones a medida que aumentan de complejidad y en sus armónicos. 

Naves acordes al mapeo 
Si el objetivo es mapear un área pequeña como un sistema solar, la nave se puede mover con motores de gravedad o de jets de plasma mientras se toman valores de lectura de gravedad en el ordenador. 

Sin embargo, para mapear áreas más grandes tales como constelaciones enteras, la velocidad otorgada por un motor gravitatorio o de jet de plasma es muy baja e impide la realización de mapa estelar en un periodo de tiempo aceptable para la tripulación de una nave (Tiempo SIT o medido desde el interior de la nave tal como es percibido por la tripulación). 

En estos casos se recurre a saltos a velocidad supraluminar de un punto calculado al siguiente que, si bien deja espacios de salto sin medir, el contar con las lecturas de flujo y valores de gravedad entre los puntos medidos, resulta suficiente para que el ordenador pueda llenar los espacios vacíos con los valores correctos dado que se conocen los algoritmos de una frecuencia de esas áreas. 

Ordenador cuántico 
Mapear un espacio requiere de una referencia y ésta es la lectura de la gravedad
Si bien se puede efectuar el mapeo de manera directa con conexión de conciencia con el Todo, con la fuente, los datos necesarios para guiar naves a través del espacio profundo sin explorar se expresan en números y valores de medición en el orden de trillones de trillones de datos, por lo que con mente-conciencia resulta difícil manejar tales cifras. 

De ahí que se deje al ordenador el efectuar los cálculos necesarios pues, de todos modos, también esto implica acceder a la fuente, toda vez que el ordenador cuántico de la nave está diseñado para acceder al éter calculando probabilidades en un campo cuántico (éter) y a las líneas temporales asociadas a la conciencia que observa todo esto (en este caso la conciencia del ordenador) la cual emula o incrementa el rango de poder de quien está pilotando la nave. 

Mucho por mapear 
No es posible mapear todo el universo. Lo más común son corredores en el espacio que se pueden usar, como una red, en donde algunos puntos en el espacio son altamente transitados y se conocen bien, tales como la Vía Láctea y M33 entre otras galaxias. 

También se puede explorar utilizando solamente algoritmos matemáticos y comparándolos con lo que ya se tienen por ir a explorar otras galaxias. Sin embargo es más lo que se desconoce de lo que sí se conoce, a pesar de que todo en el éter existe a la misma distancia y desde allí se accede a la misma velocidad. 

Por otro lado las variables resultan demasiadas al entrar en líneas temporales y de ahí el problema de que muchas naves salen a explorar y no regresan. 
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Importante: Este material ha sido extraído de los vídeos originales que se citan al pie, compilado y modificado en su sintaxis por "taygeteanos", sin quitar la esencia del mensaje original. 
Véase la transcripción oficial, original y completa efectuada por Toni Ruiz de Sociedad Taygeta
Información provista por S'Warúu, de Erra

Vídeos originales de la saga completa de navegación estelar: 
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